Ayer viví un episodio desagradable-cómico en el curro, discutí con un compañero al que llamaré Mr. Perrote.
Mr. Perrote es ese compañer-mosca cojonera que no sabe hacer su trabajo medianamente bien, pero sabe hacer la pelota con creces mucho mejor que cualquier persona normal, eso que es un ser con las habilidades sociales bastante limitadas.
Pues total que un día a la semana le pasamos al turno de tarde, y aquí Einstein ha decidido que en vez de atender de una manera medianamente normal, toma teléfonos y luego que llame el que venga después.
Después de liarla parda y tener que comerme el marrón, le explico como se hacen esas cosillas y luego se lo explica mi santa por si acaso le ha quedado alguna duda, nada de broncas simplemente cosas del tipo: esto se hace así, se apunta aquí y coges estos datos.
Al día siguiente se pone a soltar un mitín en la cocina sobre que si somos una secta, que si todos los días viene con miedo a ver que le vamos a soltar.
-Primer intento: Mitín en la cocina del que intento huir hablando con el cocinero en la recepción.
-Segundo intento: Me suelta el mitín a mí en vivo y en directo, me dice lo de la secta ,encima se pone a imitarme y me dice que sabiendo como es él (no sé a que se refiere exactamente si a que es tonto anónimo o bien tonto reconocido) que para que le digo nada, conclusión: LE MANDO A TOMAR...
-Tercer intento: Me dice que se va del curro y que le de un número de teléfono: LE MANDO AL MISMO SITIO Y DEL TELÉFONO MEJOR NI HABLAMOS.
Lo que a mi me produce curiosidad es que después de que a alguien le manden a espigar lo normal es que no te diga nada y sea bien mandado y te deje en paz, pues no este consigue llevarse el gordo y el segundo premio.
Cada vez comprendo menos a los tontos y sus cosas.
A pasar buen domingo.
Mr. Perrote es ese compañer-mosca cojonera que no sabe hacer su trabajo medianamente bien, pero sabe hacer la pelota con creces mucho mejor que cualquier persona normal, eso que es un ser con las habilidades sociales bastante limitadas.
Pues total que un día a la semana le pasamos al turno de tarde, y aquí Einstein ha decidido que en vez de atender de una manera medianamente normal, toma teléfonos y luego que llame el que venga después.
Después de liarla parda y tener que comerme el marrón, le explico como se hacen esas cosillas y luego se lo explica mi santa por si acaso le ha quedado alguna duda, nada de broncas simplemente cosas del tipo: esto se hace así, se apunta aquí y coges estos datos.
Al día siguiente se pone a soltar un mitín en la cocina sobre que si somos una secta, que si todos los días viene con miedo a ver que le vamos a soltar.
-Primer intento: Mitín en la cocina del que intento huir hablando con el cocinero en la recepción.
-Segundo intento: Me suelta el mitín a mí en vivo y en directo, me dice lo de la secta ,encima se pone a imitarme y me dice que sabiendo como es él (no sé a que se refiere exactamente si a que es tonto anónimo o bien tonto reconocido) que para que le digo nada, conclusión: LE MANDO A TOMAR...
-Tercer intento: Me dice que se va del curro y que le de un número de teléfono: LE MANDO AL MISMO SITIO Y DEL TELÉFONO MEJOR NI HABLAMOS.
Lo que a mi me produce curiosidad es que después de que a alguien le manden a espigar lo normal es que no te diga nada y sea bien mandado y te deje en paz, pues no este consigue llevarse el gordo y el segundo premio.
Cada vez comprendo menos a los tontos y sus cosas.
A pasar buen domingo.